Ubicación: Stockton, California
​37°55’N 121°58’ W

En Heinz sabemos que un sabor irresistible comienza con un suelo de cultivo en excelentes condiciones. Mientras mayor sea la calidad de la tierra, mayor será la cantidad de nutrientes a la cual la planta del tomate podrá acceder, creando al mismo tiempo sistemas de raíces más fuertes.

Pero algunos de nuestros campos en California tenían un problema: posterior a la cosecha, la tierra se estaba debilitando y carecía de nutrientes, por lo que teníamos algunos desafíos… pero también una oportunidad para mejorar el crecimiento de los cultivos de tomates fuertes y sanos para hacer nuestra deliciosa Kétchup Heinz.

En este contexto, fuimos donde nuestros agricultores con una técnica agrícola llamada cultivo de cobertura para ayudar a fortalecer los campos y recuperar sus nutrientes plantando cultivos como hierbas y cereales de forma intermitente entre las cosechas de tomate.

Al igual que a los humanos, a la tierra le gusta la variedad. Los campos pueden considerarse un ser vivo que respira, de manera que cuando se plantan diferentes variedades de cultivos, la tierra se alimenta con materia orgánica que se descompone con el tiempo, proporcionando a la tierra una comunidad microbiana muy nutritiva que la hace más fuerte.

Todo esto es importante ya que un suelo sano y fuerte implica cultivos y sistemas radiculares sanos. Y lo que es igual de importante, esto se traduce en una gran cantidad de tomates ricos y voluminosos para elaborar la kétchup Heinz que los consumidores conocen y aman.

En 2017, el promedio de materia orgánica de los suelos de California era del 0,94%. Con la introducción del cultivo de cobertura, esto ha aumentado en más del 100% en un período de 6 años.

Además, la capacidad de retención de agua de la tierra ha aumentado, permitiendo que los cultivos se mantengan hidratados. Con el gran trabajo y cuidado que nuestros agricultores han llevado a cabo en California, sus cultivos de tomate son ahora también más sólidos y sanos, lo que significa que las prácticas de agricultura sostenible son un beneficio para nuestros agricultores y para el planeta.